martes, 28 de abril de 2015

El lobo y los siete cabritillos

A continuación pondremos un cuento muy conocido, sobre el que Pablo T. nos ha recopilado su propia versión, contada en este caso por su madre. Es muy probable que cada uno tenga aquí su propia versión, si quieres puedes dejarnos la tuya en comentarios




El lobo y los siete cabritillos

Había una vez una cabra que tenía siete cabritos. Un día necesitaba ir al mercado a buscar comida, y le dijo a sus hijos: 

- Hijitos, voy a ir al mercado a por comida, tened cuidado con el lobo.
No había pasado mucho tiempo, cuando alguien llamó a la puerta, diciendo:
- Abrid, hijitos, soy  vuestra madre.
Pero los cabritillos, al oír una voz tan ronca, se dieron cuenta de que era el lobo y dijeron: 
- Tú no eres nuestra madre; ella tiene la voz suave y la tuya es ronca. 
Entonces el lobo fue a por huevos para aclararse la voz y luego volvió a llamar en la puerta de los cabritillos diciendo:
- Abrid, hijos míos, soy vuestra madre.
Los cabritillos dijeron:
- Enséñanos la patita por debajo de la puerta.
El lobo se la enseñó y ellos dijeron:
- Tú no eres nuestra madre, ella tiene la patita blanca
Entonces el lobo fue a buscar harina para blanquear la patita.
Por tercera vez fue el malvado lobo hasta la casa de los cabritos, llamó a la puerta y dijo: 
- Abridme hijitos soy vuestra madre.
Los cabritillos dijeron: 
- Primero enséñanos la patita por debajo de la puerta.
Entonces el lobo enseñó su patita por debajo de la puerta y, cuando los cabritos vieron que era blanca, creyeron que lo que había dicho era cierto, y abrieron la puerta. Pero entonces entró el lobo. Y se comió a todos menos al más pequeño, que se escondió dentro de la cajita del reloj. Una vez que el lobo se comió a todos, se acostó debajo de un árbol y se quedó dormido. 

Muy poco después volvió la mamá, empezó a llamar a todos sus hijos, ¡Hijos mios, hijitos! Solamente contesto el más pequeñito, - Mamaíta, estoy metido en la caja del reloj. 
La madre lo sacó de allí, y el pequeño cabrito le contó lo que había sucedido, diciéndole que había visto todo desde su escondite. La mamá cabra lloró desconsoladamente por sus pobres hijos.

La mamá cabra dijo, - hijito vamos a buscar al lobo. Fueron a por el lobo y estaba dormido, y le abrieron la barriga para quitar a los cabritillos y le pusieron piedras dentro de la barriga y luego la mamá le cosió la barriga.
Cuando el lobo se despertó, se levantó, pero, como las piedras que tenía en la barriga le daban mucha sed, se fue al río para beber agua.
¡Qué sed tengo! Seis cabritos me comido y ahora parecen piedras
Al llegar al río para beber el peso de las piedras lo arrastraron al fondo, ahogándose como un miserable. Cuando los siete cabritos lo vieron, fueron hacia allá corriendo, mientras gritaban: 
-¡El lobo ha muerto! ¡El lobo ha muerto!

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